Los primeros fractales artificiales se generaron en el siglo XIX, pero pasó otro siglo antes de que recibieran ese nombre.
La
observación de complejos patrones en la naturaleza motivó al
matemático Mandelbrot a investigar estas figuras. No las podía describir
con la geometría euclídea tradicional.
Las nubes no son esféricas, las montañas no son conos, ni los rayos
viajan en línea recta. Entonces desarrolló el concepto y lo denominó
"fractal", por lo fragmentado de estas estructuras que se replican a sí mismas en diferentes dimensiones.
Un ejemplo de un fractal es el brócoli. En este vegetal, la misma estructura se repite - casi- en 3 escalas diferentes. El brócoli completo, una ramita y una hoja tienen casi la misma forma, pero en diferentes tamaños.
Como resultado de la repetición de fragmentos, el perímetro del fractal crece. Esta característica permite enfrentar desafíos espaciales. Por ejemplo: a los árboles les conviene extender su superficie al sol. Así pueden absorber su luz.
Aunque las simulaciones matemáticas pueden repetir fragmentos y dimensiones de manera infinita, la Naturaleza lo hace en forma limitada y con pequeñas deformaciones.
Esta es una producción de Radio
Universidad de Costa Rica y CIENTEC,
Coordinación y guión: Alejandra León Castellá, CIENTEC,
Edición: Alejandro Portilla utilizando
The Freesound Project
Locución: Gloriana Rodríguez
Escuche el podcast: Origen de los fractales
ENLACES RECOMENDADOS
Fractales en el aula, Seccción de Matemática, CIENTEC
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