Un círculo puede rodearse por seis círculos iguales, pero quedan espacios inútiles en medio de ellos. Si ejercemos presión sobre ese grupo de círculos para reducir el espacio total, los círculos compiten entre sí y eventualmente se transforman en hexágonos.
Lo mismo sucede con esferas o cilindros. La ventaja de este empaque es que los hexágonos terminan calzando unos junto a los otros, pared contra pared, sin espacios vacíos entre ellos. Esto significa una optimización del espacio, porque se usa la totalidad, sin dejar espacios muertos.
Las abejas no tienen que aprender a hacer hexágonos, están programadas genéticamente para hacerlos.
Los humanos, en cambio, las imitamos para generar mejores empaques y seguimos investigando combinaciones de figuras que generen estructuras más estables.
Esta es una producción de Radio
Universidad de Costa Rica y CIENTEC,
con el respaldo de MICIT-CONICIT
Coordinación y guión: Alejandra León Castellá, CIENTEC,
Edición: Alejandro Portilla utilizando
The Freesound Project
Locución: Mariana Rivera
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